La mesa Bambi desafía la gravedad, su nombre evoca la precaria estabilidad de las patas de un cervatillo. La idea básica era crear un escritorio a partir de un solo plato, doblado en diferentes direcciones.
Su estabilidad está asegurada por los ángulos opuestos de las dos patas, que se cruzan a 90 grados. El diseño confiere al escritorio una sensación de fragilidad a primera vista, mientras que en realidad es un objeto de mobiliario fuerte y bien equilibrado.
El escritorio Bambi refleja a la perfección el enfoque de diseño japonés de Nendo caracterizado por la combinación de detalles muy sofisticados pero con la sorpresa infantil de la simplicidad.